Prohibidas por decreto I
Con fecha, número y firma de autoridades, decretos oficiales mandaron a la quemazón una serie de obras de escritoras argentinas. Estas se hunden aún en un cuasi anonimato, debido al cambalache discepoliano en que deviene la historia de la censura, cuando los oficiosos inflan el globo según el teorema de exagerar la realidad para reforzarla, a lo que se suma la vertiente imaginaria que urden autores con alegatos de persecuciones fantaseadas, las que dan prestigio y venden. Pero, las verdaderas malditas, las públicamente proscriptas, aquéllas cuyas obras secuestraba la policía federal de librerías, editoriales y bibliotecas, atravesaron un infierno propio. Echémoles una mirada a tales mujeres, en su cuerpo vivo, textual y corporal. El decreto Nº 1101, del 26 de abril de 1977 del PE, vetó Ganarse la muerte de Griselda Gambaro. En el libro el gobierno halló una "posición nihilista frente a la familia, la moral, el ser humano y la sociedad". Para la preparación de la sopa censora se echaron también huesos como que esas actitudes constituían una agresión directa a la comunidad y corroboraban la existencia de formas cooperantes de disgregación social, tanto o más disolventes que las violentas. [...] Artículo completo disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-11761-2007-12-31.html
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