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Si esto es un hombre. El viaje - Primo Levi

Si esto es un hombre. El viaje - Primo Levi Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal
Pensad que esto ha sucedido:
Os rencomiendo estas palabras.
rabadlas en vuestros corazones
l estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.


 
El VIAJE. 


Me había capturado la Milicia fascista el 13 de diciembre de 1943. Tenía veinticuatro años, poco juicio, ninguna experiencia, y una inclinación decidida, favorecida por el régimen de segregación al que estaba reducido desde hacía cuatro años por las leyes raciales, a vivir en un mundo poco real, poblado por educados fantasmas cartesianos, sinceras amistades masculinas y lánguidas amistades femeninas. Cultivaba un sentido de la rebelión moderado y abstracto.

No me había sido fácil elegir el camino del monte y contribuir a poner en pie todo lo que, en mi opinión y en la de otros amigos no mucho más expertos, habría podido convertirse en una banda de partisanos afiliada a “Justicia y Libertad”. No teníamos contactos, armas, dinero ni experiencia para procurárnoslos; nos faltaban hombres capaces y estábamos agobiados por un montón de gente que no servía para el caso, de buena fe o de mala, que subía de la llanura en busca de una organización inexistente, de jefes, de armas o también únicamente de protección, de un escondrijo, de una hoguera, de un par de zapatos.

En aquel tiempo todavía no me había sido predicada la doctrina que tendría que aprender más tarde y rápidamente en el Lager, según la cual el primer oficio de un hombre es perseguir sus propios fines por medios adecuados, y quien se equivoca lo paga, por lo que no puedo sino considerar justo el sucesivo desarrollo de los acontecimientos. Tres centurias de la Milicia que habían salido en plena noche para sorprender a otra banda, mucho más potente y peligrosa que nosotros, que se ocultaba en el valle contiguo, irrumpieron, en una espectral alba de nieve, en nuestro refugio y me llevaron al valle como sospechoso. 

Leer el texto completo >


 

Fotografía: Auschwitz, Polonia, 27 de enero.de 2005.- La liberación de Auschwitz, hace 60 años, fue conmemorada en el antiguo campo de concentración nazi. El acto empezó y acabó de la misma manera, con el silbido simbólico de un tren que llega, como llegaban de toda Europa los trenes que traían a nuevos presos. La noche fue cayendo durante la ceremonia, celebrada a cielo abierto con las oscuras barracas de Birkenau de fondo y ante la vía del tren a lo largo de la cual unas antorchas iluminaban la nieve.Con fuego sobre las vías del tren concluyó la ceremonia.


 

Disponible en: http://www.sisabianovenia.com/LeviHombre.htm

1 comentario

Pablo F. Schivazappa -

Yo elegí el texto “Que es un hombre. El viaje” de Primo Levi. Sobre éste di la clase especial en la escuela y vuelvo a trabajar con este texto ya que, aparte de haberme gustado, me impactó mucho.
El texto se trata de un hombre que fue capturado por las SS alemanas y llevado a los campos de concentración.
La Milicia fascista lo capturó el 13 de diciembre de 1943 cuando trataba de escapar de la militancia y fueron embosca dos por una patrulla que estaba buscando a otro grupo en ese momento. Se lo llevaron a un lugar donde fue interrogado y él prefirió decir que era “ciudadano italiano de raza judía” porque le pareció la mejor forma de justificar su presencia en aquellos lugares.
En enero de 1944 lo llevaron a un campo donde concentraban a muchos hombres mujeres y niños de raza judía, muchos casos se trataba de familias enteras.
El 21 de febrero del mismo año se supo que al día siguiente los judíos iban a irse de allí, todos. Nadie sabía a donde lo iban a llevar. Lo único que sabían era que cada uno que no se presentaba para viajar, cuyo viaje era de quince días, fusilarían a diez personas.
Algunos se prepararon para el viaje, pero otros se quitaron la vida.
Mucha gente ya había asumido que la cosa se había terminado.
Los vagones eran doce y las personas seiscientos cincuenta. Éste hombre se encontraba en un vagón pequeño donde eran cuarenta y cinco. Cerraron el tren, pero no se puso en marcha hasta por la tarde. Las personas que iban en el tren se enteraron que iban a Auschwitz y se aliviaron, ya que iban a algún lugar de este mundo.
El tren iba lentamente con largas paradas. Todos sufrían de frió y sed, pedían agua o nieve, pero en pocas oportunidades le hacían caso.
Una noche, cuando el tren estaba parado abren las puertas de los vagones, hicieron bajar a todos y los separaron por “sano o enfermo” y por edad, según esto los soldados les señalaban a donde tenían que ir. En este proceso se dividieron las familias. En un momento preguntaron los los bolsos y pertenencias, pero el soldado le contesto que eso después, pero nunca se las devolvieron.
En los campos de Buna-Monowitz y Birkenau no entraron más de noventa y siete hombre y veintinueve mujeres. Sabían que de todos los demás, ninguno estaría vivo dos días mas tarde.
Sin saber como, éste hombre se encontró en un autocar con unos treinta más, el autocar arrancó a la noche a toda velocidad, iba cubierto y no se podía ver nada afuera. Las personas se dieron cuenta que no iban sin escolta, tenían una extraña escolta. Un soldado alemán erizado de armas, no lo ven pero sienten su contacto duro cada vez que una sacudida del vehiculo los arroja a todos en un montón a la derecha o a la izquierda. En un momento enciende una linterna y en lugar de gritarles, como hacían antes, les pregunta cortésmente a uno por uno si tenían dinero o relojes para dárselos, total no les iban a hacer falta para nada. El asunto les suscitó cólera y risa, y una extraña sensación de alivio.


Comentario:
Me impactó mucho este texto, principalmente por como le van sacando las cosas hasta dejarlos sin nada. Primero la libertad, después la familia, y finalmente las pertenencias.
Las SS alemana buscaban a los judíos para luego matarlos porque pensaban que así se conseguiría una raza pura y fuerte. Ellos eran cristianos, pero no tenían en cuenta los diez mandamientos que Dios le dio a Moisés; el séptimo es “No robarás”. Pero en el texto cuenta que los soldados de la SS les roban la libertad, la familia y las pertenencias como dije anteriormente. Y el quinto mandamiento que es “No matarás” pero mataban a los judíos en las cámaras de gas. Por todo esto se contradecían al decir que eran cristianos.
También violaron muchos de los Derechos Humanos como:
El derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad personal;
Esto se lo sacó cuando los capturaron en la montaña y los obligaron a ir al tren, sin opción alguna porque si faltaban iban a matar a diez hombre.
El derecho a no ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes;
Este derecho se violó cuando metieron a todos los judíos en los vagones, todos apretados y sin alimento ni nada, solo le daban algo de aguan de vez en cuando.
El derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; el derecho a la libertad de opinión y de expresión;
Este derecho también se les quitó cuando los llevaron al campo de concentración por ser de raza judía y tampoco le daban la libertad de expresión porque sino los asesinaban.
Pero lo que mas duro me pareció fue cuando estaban en el autocar y el escolta les pregunta a los judíos que iban junto a él si tenían relojes y dinero porque ya no lo iban a necesitar más y a los judíos les provocó cólera y risa, y una extraña sensación de alivio, ya que en ese momento se terminaron de dar cuanta que iban a morir en los campos de concentración y que la vida se les había terminado.